Blog de Vivencias

2007-04-15

Viaje a la Pampa del Leoncito, San Juan (2007.04.14-2007.04.15)





Todo comenzó al igual que los otros viajes, el sábado en la mañana. El clima nos trató bien y una suave brisa nos acompañó durante el camino.

Luego de un par de inconvenientes a las 11 ya nos encontrábamos en Villavicencio y comenzamos a ascender. Paramos en una oficina con información turística de la zona y luego seguimos ascendiendo por los caracoles.

Pasado ya el medio día llegamos al “El Balcón”, donde luego de disfrutar del lugar unos minutos, decidimos almorzar allí. Seguimos subiendo al finalizar el almuerzo, siempre disfrutando de los maravillosos paisajes de la zona. Hicimos algunas paradas más por allí y luego, aunque costó un poco encontrarlo, seguimos camino hacia San Juan.

El sol nos teñía la piel con sus fuertes rayos, el camino era largo y no había mucha gente. Ya oscureciendo el sol nos permitió ver un bello atardecer y encontrarnos en la Pampa del Leoncito, donde pasamos un corto pero placentero rato.

Seguimos camino hacia el observatorio y cuando creímos que ya habíamos disfrutado lo suficiente del día nos encontramos con un puma, que nos dejó disfrutar de su belleza.

Ya de noche llegamos a la zona del observatorio donde nos quedaríamos. Escaseaba la comida por lo que la gente del lugar nos convidó algo para cenar. No muy tarde decidimos acostarnos después de un largo viaje.

Al despertar, luego del desayuno, nos dirigimos hacia el observatorio Dr. Carlos U. Cesco donde nos mostraron un telescopio y observamos fotos e información de nuestro interés. Terminada la visita emprendimos el regreso a casa. Apenas salimos nos encontramos con la Pampa del Leoncito, la que visitamos nuevamente. Esta vez, nuestra visita fue algo mas extensa.

Emprendimos camino nuevamente y al cabo de un rato nos encontramos con unas ruinas incaicas y un mirador para observar el camino del Inca, esta fue nuestra última parada en el regreso.

Disfrutando de un imponente paisaje fuimos volviendo hasta que, unas pocas horas antes del anochecer llegamos a casa.

Este fue le viaje en el que más bellos paisajes he disfrutado, de los que he realizado con la fundación. En el camino conocimos a un francés, que con una bella compañera, su bici, recorría nuestro país. Llevaba andado ya un recorrido muy extenso (desde Ushuaia hasta nuestra provincia) y planeaba seguir hacia el Norte, dando por terminada su travesía en Bolivia. Con él paramos a conversar un rato, pero como el vi a varias otras personas cuyo destino desconozco, aunque estoy segura de que su meta es la misma: desafiarse a uno mismo, midiendo sus límites y capacidades.

El viaje fue largo y algo cansador, pero es una experiencia más y tiene validez como tantas otras para completar mi diario de vida, en el que día a día yo, como tantos, espero no dejar de escribir y recordar cosas espléndidas y no dejar de maravillarme con este don, que es nada más ni nada menos que la vida que vivimos. Espero seguir disfrutando y creciendo como persona, en valores, actitudes y conocimientos, junto con los que mas aprecio, mis compañeros de vida.


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